Posparto y Lactancia

Luego del nacimiento del bebé comienza un nuevo período en la vida de esta familia: el puerperio. Fisiológicamente se suele decir que dura 45 días, pues este es el tiempo, aproximadamente, en que el cuerpo físico de la mujer vuelve a su estado anterior: el útero se achica, los órganos genitales se desinflaman y las heridas cicatrizan (si hubo desgarro, episiotomía, cesárea). Sin embargo, integrar las emociones que implican el nacimiento de un bebé puede llevar mucho más tiempo. Muchas emociones pueden aparecer en este nuevo período como soledad, tristeza, irritabilidad e incluso alegría, euforia, ternura. Rodearte de personas que te brinden ayuda, te respeten y no te juzguen hará más llano este camino, que al principio parece una montaña rusa.

Es posible que no tengas ganas de tener relaciones sexuales durante algún tiempo. Esto también es parte del puerperio. El cuerpo se está reacomodando y seguramente sentirás los primeros días algunos dolores como las contracciones, se llaman entuertos, para las primerizas no son muy fuertes, pero para las que tienen su 2º hijo en adelante suelen ser casi como las de parto. Esto es normal y pasa en unos días. También hay pérdidas de sangre llamadas loquios durante las tres primeras semanas. Las pérdidas al principio son rojo intenso, luego rosadas o marrones, para finalmente volverse amarillentas o incoloras. El olor debe ser el de la sangre, si sentís olor feo es recomendable que hagas una consulta.

Es posible que sientas tus mamas muy duras sobre todo al segundo o tercer día que es cuando baja la leche. Si las sentís muy duras es conveniente que te las masajees y/o pongas paños calientes sobre ellas para evitar esto. Es importante chequear que la prendida del bebé a la teta esté correcta agarrando el pezón completo y no sólo el #botoncito”: colocá su panza contra la tuya. Puede ser que tengas que desprenderlo suavemente introduciendo tu dedo en la comisura de sus labios y volverlo a prender. Que los pezones estén al aire libre puede ayudarte a que estén menos sensibles. Ante cualquier duda, es recomendable que hagas una consulta con una puericultora.

Falsos mitos acerca de la lactancia materna

  • La madre que está enferma debe suspender la lactancia: NO ES CIERTO. Sólo algunas enfermedades pueden afectar a la lactancia. En la mayoría de los casos, con ciertos recaudos, la mamá puede continuar amamantando a su bebé.
  • El calostro no alimenta al bebé, es como agua: NO ES CIERTO. El calostro se caracteriza por ser rico en proteínas y sales minerales y brinda un aporte importante al sistema de defensas del recién nacido.
  • La madre que trabaja afuera de su hogar no puede amamantar: NO ES CIERTO. Es importante que la mujer esté apoyada por la sociedad y el estado que debe amparar el derecho a amamantar. En el apartado “legislación vigente” podés encontrar información útil para volver al trabajo remunerado.
  • El amamantamiento es un proceso natural, algunas madres tienen instinto y otras no: NO ES CIERTO. El amamantamiento es un acto político atravesado por el deseo materno. Además se necesita del apoyo del entorno y de políticas públicas que lo sostengan y amparen.
  • La madre con pezón agrietado o con dolor no debe amamantar: NO ES CIERTO. Estos síntomas son de recuperación rápida y existen múltiples herramientas para poder sobrellevarlos sin suspender la lactancia.
  • La leche materna tiene deficiencias de hierro: NO ES CIERTO. La composición de la leche materna tiene la cantidad de hierro que el bebé necesita.
  • El tamaño de los pechos está relacionado con la capacidad de amamantar de una mujer: NO ES CIERTO. El tamaño no tiene relación con una lactancia exitosa.
  • Hay mamás que no producen buena leche: NO ES CIERTO. No existe buena o mala leche. Las mujeres producen la leche que sus bebés necesitan. Excepcionalmente alguna medicación o drogas pueden afectar al bebé.
  • Dar de mamar cuando el bebé lo pide es malcriarlo: NO ES CIERTO. Satisfacer las necesidades del bebé nunca es malcriarlo. los bebés no piden aquello que no necesitan y nacen con necesidades básicas preestablecidas.

Ante cualquier duda podés consultar con una puericultora.

Beneficios de la lactancia:

Para la mamá: Favorece la retracción del útero por la acción de la oxitocina. Favorece la absorción del calcio y el aprovechamiento de los nutrientes por segregación de hormonas gastrointestinales. Propicia el vínculo con su bebé y fortalece su autoestima. Disminuye el riesgo de cáncer de cuello de útero, de ovarios y de mamas y el riesgo de osteoporosis, artritis reumatoidea y anemia.

Para el bebé: A través de la lactancia el bebé recibe una nutrición óptima en cada etapa de su crecimiento. La leche materna es más fácil de digerir.. La lactancia materna favorece el desarrollo saludable de todos sus sistemas, incluso el inmunitario, favorece el desarrollo intelectual y sensorial, disminuye el riesgo de enfermedades (en caso de contraerla el episodio será más leve y su duración más corta), de muerte súbita, de apneas prolongadas y bradicardias. Además posibilita el contacto piel con piel que satisface sus necesidades básicas de alimento, calor y sostén.

Para las familias: Refuerza los lazos afectivos y previene el maltrato infantil.

Para la sociedad: La lactancia materna es un acto social no sólo a nivel económico (ahorro de dinero para familias, hospitales y estado) sino también en cuestiones de salud pública ya que disminuye la morbimortalidad infantil.

El Deseo y Responsabilidad en Lactancia

La lactancia materna es la manera más saludable, natural y recomendable como alimentación de todo ser humano por todos los beneficios que conlleva y que podrás encontrar tanto en esta página como en la información circulante. No obstante, el motor de la lactancia es el deseo materno y la responsabilidad de criar y alimentar en las mejores condiciones. Hay diesversas razones por las cuales el deseo se torna lábil, cuando toda la responsabilidad recae sobre la mujer que amamanta. El deseo, se ve disminuido por la falta de acompañamiento del entorno, de la sociedad, del estado y, de políticas públicas que mejoren las condiciones de trabajo de las mujeres. Mientras se promueve y recomienda la lactancia exclusiva durante los los primeros seis meses de vida las licencias por maternidad y amamantamiento son paupérrimas, retomando la actividad laboral mucho antes de lo recomendado, en un lugar que en la mayoría de los casos, las condiciones edilicias son inadecuadas y, que obliga a quien amamanta a extraerse la leche en un baño y, preservarla en un frezzer con restos de comida. Para amamantar satisfactoriamente se necesita apoyo, sostén y responsabilidad compartida, cuando amamantar es una exigencia para que sea cumplida en soledad, sin duda se está atentando contra el deseo materno. Hay toda una sociedad, que debe comprometerse para que el amamantamiento sea posible.

Organismos como UNICEF y la OMS recomiendan que todos los niños deben recibir lactancia materna exclusiva (sólo leche humana) a partir del nacimiento y hasta los primeros seis meses de vida y continuar con ella hasta los dos años de vida o más junto con la alimentación complementaria acorde a su edad.

La lactancia materna precoz y a libre demanda:

  • Posibilita que el bebé regule su temperatura acorde a la de su mamá.
  • Posibilita el encuentro entre la mamá y su bebé, permitiendo el reconocimiento mutuo.
  • Estimula las contracciones uterinas reduciendo la posibilidad de hemorragias.
  • Provee al bebé del alimento que necesita en dosis adecuadas, a la temperatura óptima y sin riesgos de contaminación.
  • Previene la ictericia.
  • Estimula el aumento en la producción de leche.
  • Previene la ingurgitación o congestión mamaria.
  • Favorece la recuperación del peso de nacimiento del bebé.

Recomendaciones basadas en los aportes de Paola de los Santos, Puericultora universitaria y ex miembra de Dando a Luz.

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